La BU es una experiencia muy particular para mí. Es aquí donde he descubierto esa otra parte del pueblo francés que jamás había tenido la oportunidad de conocer. Verlos como estudian, como se desviven por la mejor nota, es todo un espectaculo intelectual.
Cuando estoy aquí, pese a mi fatiga, me siento mejor. Me siento con poderes, y vaya que debería sentirme así, después de todo estoy rodeado de conocimiento puro en Socilogía, Psicología y Educación. De lejos Freud me saluda y más allá esta el reciene Winnicott o los postulados de mi tutor y uno que otro libro de la america latina.
Cada quien esta en lo suyo. Aquí susurran para hablarse entre ellos, es importante guardar el silencio. Sé que esto último es algo obvio, pero en un lugar como México, donde la gente prefiere echar el chal que estudiar, la biblioteca es más bien un lugar de pisa y corre, no exactamente el lugar preferido para estudiar.
Justo ahora, un chico me pide que le cuide sus cosas, ya que tiene que salir por un momento. Quizás a hablar por teléfono. Está súper prohibido hablar por teléfono aquí. Pero lo que más me impresiona es que esta persona haya hecho confianza en el extraño extranjero a un lado d eél para cuidar de sus cosas. Lo siento, es el reflejo mexicano, de sólo confiar en ti mismo, algo así como mirar mil veces a los dos lados de la calle antes de cruzar. Aquí la gente se para porque se para. Hace algunos minutos mientras Magali y yo buscabamos un lugar para sentarnos, me di cuenta que el lugar estaba a reventar. Quizás sea el fin de semestre y año escolar, o será que todos estamos como locos con trabajos finales, mémoires y exámenes en puerta, pero el caso es que es tan grande la cantidad de gente (hablando en números bibliotecariescos) que realmente me sorprende. La BU ya es para mí lugar de citas, algo así como quedar debajo del reloj de la Plaza Mayor de Salamanca, sólo que esta vez nada de fiesta sino de Hamsters corriendo a mil en dentro de nuestros craneos, en otros casos el Changuito que brinca de lóbulo en lóbulo como es mi caso.
Seguro que extrañaré esto, pero por el momento lo disfruto, que como decía Matthias, de esto no hay todo los días.