Hoy,
mientras estaba en una clase, me senté a un lado de la ventana. Este día, el cielo
estaba azul y grandes nubes gordas y de formas se veían de lejos. Mi vista era
buena porque estaba en el último piso.
Pensé en la
posibilidad de que esas grandes nubes se convirtieran en gigantes enromes que
bajaban del cielo para destruir o jugar con los pequeños franceses.
No fue muy difícil
imaginármelo, de verdad tenía la impresión de ver tres grandes hombres montados
en una nube y asomándose más o menos hacia abajo en todas direcciones.
Sé que el
día es un poco frío, pero desde aquí, sólo veo la luz.
Me gustan
los días de luz y nubes gordas.