sábado, 10 de marzo de 2012

El color de los sentimientos


En mis épocas mozas, cuando aún era joven y mi cabello estaba más largo y peor peinado, formé parte de una orquesta juvenil tocando el violín. Era algo súper divertido a pesar de que no era tan bueno tocando dicho instrumento. Cuando terminábamos de ensayar siempre nos quedábamos con ganas de más, así que una vez terminado nuestro ensayo de los viernes nos íbamos al famoso tianguis de los Hipies a tocar unas cuantas canciones de nuestro pequeño repertorio.


Realmente era una experiencia única. Estábamos en un lugar donde la gente iba a comprar cultura aunque no siempre fuese el caso, y nos poníamos allí con nuestros instrumentos y dejábamos un estuche abierto por aquellos que se animaran a dejarnos una lanita. Pese a que no ganábamos más de 200 pesos diarios (algo así como 12 Euros), íbamos con mucha alegría y diversión a instalarnos en medio de  la gente y tocar nuestras canciones. 


Pensamos entonces en un nombre para ese ensamble. Al final escogimos uno, que realmente no me convenció y que además olvidé. Pero entre las propuestas estaba la de Kandinsky, en honor al pintor de origen ruso y que según se dice se inspiraba en escuchando música mientras realizaba sus obras.


Esta genial idea de Kandinsky de crear arte con arte me pareció fabulosa. Razón por la cual, casi siempre que intento redactar algo o que quiero realizar ciertas actividades que requieren de una adecuada concentración utilizo música. Todo tipo de música, excepto la mala música claro.


Kandinsky, también hizo estudios sobre la teoría del color, en la cual él se oponía a las teorías del color antiguas, ya que él relacionaba un color con el alma, agregando aquí un toque místico y espiritual. Una teoría ciertamente ligada a los sentimientos.


Y sobre eso, yo me pregunto:¿todas las culturas sienten igual? o mejor dicho, ¿es que todas las culturas expresan un sentimiento, por ejemplo la alegría, de la misma manera? 


Creo que de antemano todos concordamos que cada cultura, país, región, familia e individuo expresa y vive los sentimientos de una manera muy subjetiva.


En México podemos ver la "naturalidad" con la que se vive la muerte. Cierto, la muerte nos pesa, pero si nos comparamos con países como Estados Unidos o Francia, las diferencias son más marcadas. Nuestros vecinos gringos tienen rituales bastante mecánicos, sobrios y pulcros, lo siento por la última palabra pero así lo defino yo. En Francia es muy similar pero a diferencia de los estadounidenses, el día de la Toussaint (Día de todos los santos en México), los franceses se dan su vuelta al cementerio y en silencio perpetuo respetan y veneran a sus muertos. En México, bueno, todos conocemos la Fiesta del Día de Muertos.


La semana pasada falleció el abuelo de una amiga. Yo no lo sabía, y mientras comíamos rápidamente (como acostumbran los franceses), le pregunté:


-T'es tres serieuse.


-Mon Papi est mort Israel.


Esa fue su respuesta. Sera si, pero nada más. Me pareció increíble que una vez que habíamos comido, se fuera con nosotros a la BU a estudiar. 
Ahí estaba ella, muy concentrada leyendo y subrayando. Seria si.
No sé, será que cuando mi abuelita murió, duré días con ese pesar que se queda en el pecho y que cada vez que me acordaba de ella, lloraba y lloraba, no podía hacer nada. Sé por experiencias que vi en México de amigos o gente conocida que la gente no iba a trabajar o a la Uni y que se dedicaban a pasar el tiempo en familia.


Después, pensé en una señora que encontré en Nantes el año pasado. Fui a sacar dinero del banco y cuando terminé de hacer mis operaciones millonarias, jaja, una señora se me acercó y me pidió un poco dinero y después se puso a llorar. Juro que por un momento y me pongo a reir de la doña. Lloraba con un desgano, y tan pero tan falso (obviamente lloraba falsamente) que pensé: si es así como lloran los franceses... 


- (Ruidito tipo Walky-Talky) Paris, on a un probleme!


Quizás por eso Paris es gris y Coyoacán de colores. Y quizás por eso no doy una. Dios lo sabe y me ve! Por más que le intento, no le calibro muy bien. No es el idioma, sino la intensidad de las palabras, su matiz, su color. 


Pero decir que los franceses no sienten o viven los sentimientos es una gran mentira, creo que esto tiene que ver con la sintonía, es decir, el que estemos o no conectados a un más o menos un mismo estado del ser. Para ejemplificarlo mejor, doy un ejemplo simple: aquellos que han tenido la oportunidad de estar lejos de casa y que se encuentran con gente que también está lejos de casa, haciendo o viviendo más o menos la misma experiencia, los pone en una misma sintonia. Yo por ejemplo, cuando vivía en Le Mans, los amigos que conocí allá eran lo máximo, y sentía como cada uno daba lo mejor de sí. Todos vivíamos con gran intensidad el hecho de estar allá y nos dábamos los unos a los otros, con una entrega muy especial. En ese momento, cada uno de nosotros estábamos en la misma sintonía, era nuestra primera vez en Francia, todos hacíamos el mismo trabajo y nos pasaban las mismas desgracias con los tutores, jeje, sabíamos que al final regresaríamos a nuestros países. Había una fecha de expiración para esa experiencia.


Esto quiere decir,que para entrar en sintonía, se necesita que las mismas o similares condiciones anímicas se den, eso, y una buena empatía así como una habilidad para entender las señales, ya sean pequeñas o grandes.


Pueden ser muchas las causas para causar una discordancia entre nuestra manera de ver y sentir las cosas, pero sin duda, lo más importante es ponerse en el lugar del otro, entender o tratar de entender la manera subjetiva en las que expresa sus sentimientos o pensamientos. Hay veces, y esto es bien cierto, que es bien difícil para alguien hacer gala de estas expresiones, hay gente que les duele una muela de juicio hacerlo. 


Se dice en Francia que hay tres cosas de las cuales uno debe siempre evitar conversar:


-Política
-Religión
-COLORES!


Me va más crear una revolución de colores, y estoy bien seguro que ahí encontraremos respuestas y muchas preguntas! me va más dejarme llevar por el azul, vivir en el rojo, comer en el verde, pensar en violeta y dormir en amarillo.