martes, 13 de septiembre de 2011

El Reloj marca la hora...


...este reloj mío y que me gusta tanto, hace tic tac así como mi corazón hace boum boum...

Todavía el jueves estaba muy tranquilo, me levanté un poco tarde y me fui a mi trabajo. Hice algunas cosillas pero sobre todo me puse a platicar con mi jefa que también es mi amiga. Mientras me comía unos tacos ( y ahora recuerdo que le debo al señor de la tiendita) el internet llegó mágicamente.

Decidí entrar a mi correo y checar si mi tutor me había respondido.

Entro, y veo su respuesta. Efectivamente me respondía. Tenía una cita en Francia para continuar la aventura. Me puse muy feliz pero después... boum boum, boum boum.

Mi corazón empezó a dar vueltas, más rápido que mi cabeza.

Desde un principio sabía que era genial, mas muchos cambios se avecinaban. Cosas estrepitosas pasarían y la ansiedad toco la puerta de mi debilidad y me embargo.

Esa misma tarde, un apagón en mi ciudad me apagó también del stress y de la desesperación.

Busque la manera de acallar mis dolores y lo encontré. Lo que sabía, pero hábilmente negaba, era que yo mismo, en cierta manera, me provocaba el dolor. Romí muchas cosas, empezando con mi autoconcepto, mi autorespeto y mi amor propio. Fui ciego e ignoré los latidos de mi corazón. Incluso ahora después de una ligera cicatrización sigo dándome con dardos de veneno, veneno de fuera y concentrado en pequeñas dosis.

Por poco y me fulminan, pero una vez más la gente buena de este mundo y la gente que me Protege, me hizo volar alto, o mejor dicho, me hizo ver lo bien que vuelo.

saqué la garra y espante fantasmas, los dardos, siguen allí, pero se caen, poco a poco, pero se caen.

Pese a las cosas que dejé desvanecer, la luz le dio color a todo, esa luz que siempre me alumbra incluso en las noches sin luna.

Entonces, mientras mi mente y mi corazón desfallecían, pensé en algo que leí y que creí que sería una excelente idea para usarlo en terapia. Lo que nunca pensé es que lo usaría primero en mí. Así que lo hice:

Cerré mis ojos, o la menos me cerré a la realidad y empecé a hacerlo. Convoque uno a uno, aquellas personas que me quieren y que nunca me dejan pese a la distancia. Uno a uno fueron apareciendo y me rodeaban y con su mirada me decían: "estamos aquí para ti y no te dejaremos"

Sus miradas de apoyo eran también miradas de fuerza y coraje, como si se enfrentaran a una bestia de la que ya no tienen mas miedo. Y lo sentí, y abrí mis ojos, y lloré en el hombro de un buen amigo.

Olvidé, por falta de experiencia, que antes de amar, tu corazón debe estar envuelto por amor, por tu amor, por el de las buenas y pequeñas cosas que alegran la vida, por la ilusión, la paz, la esperanza y las risas que rompen en pedacitos y luego se convierten en hadas como en Peter Pan.

... el tiempo está aquí y marca con su ritmo preciso y certero. La magia está por llegar, muy a pesar de noches negras, bestias rotas, bombas de ansiedad y una almohada de sobra.

Espero, en verdad espero, serle fiel a mi mismo y quererme y no dejarme caer, por nada, ni por nadie.

Que la sangre que representa mi reloj, fluya como pez en el agua y me reinvente y me renueve, como lo hace el agua viva.